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LA SUBLEVACIÓN DE JACA DE 1930




El Ejército de 1930 estaba seriamente politizado. Por un lado, los africanistas, que gracias a la recuperación de los ascensos por méritos de guerra habían conseguido recompensas y prebendas. Entre ellos había un grupo nutrido de jóvenes generales, la mayoría de ellos monárquicos y muy reacios a cualquier tipo de federalismo. Huelga decir que su opinión acerca del anarquismo, el comunismo o el socialismo era más que antagónica. Eran profundamente católicos y conservadores. En aquel grupo se pueden incluir a: Sanjurjo, Franco, Goded, Fanjul y Mola, Varela, Orgaz, Aranda o Kindelán.

Un segundo grupo de generales de corte republicana que estaban a favor de una República de corte liberal, similar a la francesa: López Ochoa, los hermanos Cabanellas, Miaja, Queipo de Llano, Domingo Batet o Masquelet entre otros.

Un tercer grupo de jóvenes oficiales que luego fundarían la U.M.R.A. Unión Militar Republicana Antifascista. Estos eran de ideología comunista-socialista, e incluso anarquista. Estaban influenciados por las nuevas corrientes políticas, que eran contestatarias a lo que pensaban la mayoría de sus superiores. Entre ellos, los más famosos fueron el teniente Castillo y los capitanes Díaz-Tendero, Fermín Galán y Ángel García Hernández. A estos jóvenes se puede sumar un par de generales: Núñez de Prado y Hernández Saravia.

Caso aparte merecen los aviadores. Un gran porcentaje de los mismos eran republicanos radicales. El caso más famoso fue el de Ramón Franco Bahamonde, hermano del dictador.

Fermín Galán había estado destinado como teniente en Tarragona, bajo las órdenes del coronel Domingo Batet. Previamente había estado bajo las órdenes del coronel Mola en Marruecos. Allí había destacado por su coraje y valentía, siendo propuesto para recibir la Cruz Laureada de San Fernando (la mayor recompensa militar del Ejército español).

El joven militar había participado en la frustrada tentativa de la Sanjuanada, por lo que fue detenido y condenado. Con la amnistía de 1930 salió de la cárcel y fue destinado a Jaca. En prisión se había relacionado con miembros de la CNT catalana, que sin duda influirían aún más en radicalizar su ideología.

La situación política y social en España se estaba agravando por momentos. La crisis provocada por el crack del 29 en Estados Unidos, comenzaba a influir también en nuestro país. Tras la reunión de San Sebastián del mes de agosto de 1930 se vivió un otoño prerrevolucionario.

En octubre hubo huelgas en varias ciudades de Madrid. El día 10 fue detenido el comandante Ramón Franco.

A finales de noviembre los representantes republicanos más caracterizados: Azaña, Lerroux, Alcalá Zamora y Marcelino Domingo, entre otros, dieron un mitin en la Plaza de Toros de las Ventas, que estaba abarrotada.

El Comité Revolucionario decidió un levantamiento sobre el día 15 de diciembre. Sobre esto hay muchas diferencias. Cada uno de los implicados dio una versión distinta. Los socialistas debían declarar la Huelga General Revolucionaria conjuntamente a la intentona militar. Nadie sabe a ciencia cierta que falló, pero el capitán Galán junto a otros oficiales se sublevó en Jaca el día 10 (5 días antes), declarando la República. Sus bisoñas tropas no aguantaron los primeros disparos de la Guardia Civil. Los preparativos eran nulos y ni siquiera disponían de transporte, por lo que, tras tomar Jaca, tardaron varias horas en requisar vehículos a civiles para dirigirse a Huesca. Por lo que fue un fracaso total.

Nadie declaró huelga alguna. El Comité Revolucionario envió a Casares Quiroga a Jaca para que contactara con Fermín Galán y que éste depusiera su actitud. Las distintas versiones son confusas. Unas hablan de que los nuevos planes del Comité eran para el 12 y Galán por confusión o impaciencia se adelantó. Otros, mantienen la fecha del 15. El caso es que los capitanes Galán y García Hernández fueron condenados a muerte.

En el resto de España hubo una descoordinación total y no se secundó el movimiento.

Las sentencias se ejecutaron rápidamente. Los dos capitanes condenados fueron fusilados el día 14 de diciembre. El general Berenguer había cometido un garrafal error que a la postre condenaría a la Monarquía. Aquel movimiento fue visto con simpatía por una buena parte de la sociedad española. Berenguer hizo dos mártires, los primeros mártires de la República. Lerroux afirmó que, sin los fusilamientos, la Monarquía habría podido durar unos años más.


Extraído de LA FE DEL CONVERSO.

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